martes, 28 de septiembre de 2010

Los mineros de León, los únicos que merecen respeto en estos días agitados pre-Huelga General

La segunda marcha negra. Fotografía Aboca2/Arteluz.


Vaya por delante una afirmación: la mayoría de las cosas que opinan los mineros están en las antípodas de lo que yo pueda pensar. Son muchos años de trabajo en la prensa leonesa como para no conocer los tejemanejes y las falacias que se cuentan de este sector.

Y también que conste que no estoy de acuerdo con la Huelga General y no la secundaré.

Pero lo cortés no quita lo valiente. En todos estos días pre-huelga general, en la que hemos visto convertirse a los sindicatos en una especie de tititriteros con pandereta, los únicos trabajadores que se merecen un respeto por lo que hacen para conservar su puesto de trabajo son los mineros del carbón. Los de Laciana y los de Guardo.

En León el miércoles no habrá Huelga General, habrá entrada de los mineros. De su segunda Marcha Negra. Muy posiblemente en un acto dolorosísimo "decidan porque no les queda otro remedio" marchar hacia Madrid como en la primera para forzar al Gobierno español, a su paisano Zapatero, que no cierre la minería privada española. El espectáculo está servido, pero por una vez es necesario.

Porque no ha de quedar ninguna duda. Si las cosas siguen así, al final cerrará la minería privada que produce carbón varias veces más barato que la minería pública que está en Asturias. En este país las cosas son así: aquí nadie se atreve a meter mano a lo público aunque cueste muchas veces más mantenerlo que las ayudas que dicen que les dan a los empresarios mineros leoneses (y que no llegan tan bien como quiere contarnos el Gobierno).

Un momento en el camino. Fotografía Álvaro Ayarza y Ana Cruz Fernández.


Obviando los paripés que empresarios y mineros pueden estar haciendo, lo que subyace en todo esto es una lucha por un sistema de vida que acompaña a la provincia de León desde hace siglo y medio. Bueno, desde siempre porque aquí se explotó la mina de oro y plata más importante del Imperio Romano, las Médulas, y hay yacimientos de hierro, cobre, uranio, wolframio y otros tantos minerales. León tiene la maldición africana, porque es una provincia de la que se extrae... y en un territorio de extracción nunca hay industria, sólo sirve para esquilmarlo. Si la mina de carbón cierra, adiós a una provincia que se ha desangrado con la democracia hasta límites insospechados (más de 60.000 personas se han "ido" desde 1975 en una provincia que hoy tiene menos de 500.000 habitantes; casi dos mil personas por año).

Los únicos trabajadores respetables de España
Más allá de eso, y más allá de la ideología de los mineros, son los únicos trabajadores que a día de hoy merecen mi respeto. Se puede decir que todo está organizado al milímetro y que es un poco cuento, porque es verdad. Pero también hay que dejar claro que son LOS ÚNICOS trabajadores que se han movilizado y han establecido estrategias claras: encierros bajo tierra, en los ministerios, huelgas de hambre y, por último, la segunda marcha negra. Son los únicos que están luchando por su puesto de trabajo y la única sección sindical que está dándolo todo. ¿Qué han hecho los demás salvo actos sin sentido, violentos y fuera de toda admiración? ¿Acaso no es admirable lo que están haciendo estos mineros sin un sólo acto de violencia?

No les admiro por repetir hazañas que ya han hecho en otras ocasiones. En León estamos ya muy acostumbrados a sus actuaciones. Les admiro porque son los únicos con capacidad, imaginación y redaños para hacerlo.

Y el día 29 en León no habrá Huelga General. Habrá entrada de los mineros. El éxito de lo que pase no debería ser de los sindicatos, sino de las mujeres de los mineros (las tías con más huevos por milímetro cuadrado de este país) que estarán en León para recibirles y ya se encargarán de montar piquetes para tener todo cerrado. Si el día 30 algún sindicalista se jacta del éxito conseguido en León por encima de todo el país, siéntase minero por una vez y péguele un corte monumental por jeta y por cara.

Aquí sólo se merecen el respeto los que de verdad trabajan por un ideal, y encima saben cómo hacerlo. Olé vuestros cojones, mineros de León.

Fotos: Estudio Aboca2/Arteluz Fotogradía (Álvaro Ayarza y Ana Cruz Fernández Rodríguez). Cuenta en Flickr. Si sois miembros de Facebook podéis ver un álbum de un centenar de fotos que realizaron el domingo mientras los mineros subían el Manzanal, aquí. Merece la pena su fotografía, haceros fans. Son otros mineros de la imagen.

1 comentario:

Eva Dolcetriz dijo...

Estando de acuerdo con varias cosas de las que dices...

1) Entiendo que para ti son los únicos trabajadores "en protesta" respetables, versus los sindicalistas, no "los únicos trabajadores", que todos, como tales, merecen respeto.

2) Eso de "sin un solo acto de violencia" es mentira. No hace falta pegar a alguien para estar siendo violento, basta con que le cortes el paso a su trabajo, le obligues a bajar del coche y le retengas durante un buen rato (encima habrá que dar las gracias por que al final te dejen continuar tu camino).

3) Las mujeres de los mineros tienen los mismos huevos que todas las mujeres, sólo que han criado esas actitudes en un entorno que las ha hecho necesarias y que tiene unas características muy determinadas.

4) Si es un éxito que se encarguen de montar piquetes para tener todo cerrado... eso para empezar es un fracaso porque nada que no suceda por decisión libre de las personas tiene valor o no el valor del éxito, en este caso. Y para seguir, va contra eso, la liibertad de los demás, así que no sólo no me parece nada loable sino que me repugna.

Me parece bien que se luche por el sector del carbón y me parece bien que se luche por el sector privado, me declaro muy enemiga de casi todo lo público, al menos tal y como está montado, pero no hagamos mártires. Conoces bien las cuencas mineras, es muy bonito ver en la tele las caras negras pero lo que nunca sale son los Mercedes y los sueldos quemados en medio mes a base de vino bebido en vasos de tubo y tabaco como para morir por silicosis nicotínica a los 10 años de vida.

El trabajo de la mina es duro, sí, y posiblemente es de los pocos que sigue estando muy bien pagado, precisamente por eso. Yo seré la primera que si mañana se encuentra con la movida se quedará mirando mientras le resbalan los lagrimones por las mejillas porque toda movilización social es conmovedora, pero no mitifiquemos tanto.