lunes, 23 de febrero de 2009

Las 21 claves hacia la excelencia

Hace un par de años, cuando la vida me sonreía pero no supe aprovecharla, leí un libro titulado El poder de la visualización, cuya autora es Noelle Phillippe.  Me he dado cuenta de que no seguí sus consejos básicos y de que he llegado a olvidarlos. Así que no está de más recordar sus 21 claves hacia la excelencia y compartirlas con vosotros:

1.- La excelencia comienza con el conocimiento de uno mismo: conocimiento del propio funcionamiento en la acción, frente a las situaciones difíciles, conocimiento de los propios deseos más profundos.
2.- La excelencia exige una buena escucha y respeto del propio cuerpo, de las propias emociones.
3.- Ser excelente es entender y comprender las propias limitaciones del momento. Esas limitaciones son indicaciones valiosas que, en contra de lo que se puede creer, no son un freno al progreso, sino trampolín intermedio.
4.- Ser excelente es perseguir una meta que da sentido a la propia vida.
5.- Excelencia y perfección no son lo mismo.
6.- Cada situación de la vida cotidiana, por muy repetitiva que sea aparentemente, puede enseñarnos algo nuevo sobre nosotros mismos, sobre los demás, sobre el mundo.
7.- La excelencia es sinónimo de esperanza, de realización concreta, de apertura.
8.- La excelencia no es un sueño, es un ideal que cada día confrontamos con la realidad en las acciones cotidianas.
9.- El excelente va a lo esencial, sabe hacer simples las situaciones complejas.
10.-Lo que es fastidioso pronto se transforma, para el excelente, en reto o en juego. Sabe movilizarse para avanzar.
11.- El excelente gusta de trabajar, compartir e intercambiar. La apertura a los demás siempre es para él fuente de nuevas riquezas.
12.- El excelente sabe fijarse objetivos a su propia medida que estimulan su acción. Ser excelente es mantenerse dentro del propio ritmo.
13.- El excelente no se arruga por errores o fracasos. Una torcedura de pie a lo largo del camino es para él una fuente de aprendizaje.
14.- El excelente sabe tomarse la vida como un juego y la vida le sonríe.
15.- No se nace, se llega a ser excelente.
16.- El excelente no queda satisfecho cuando se descuida. Tiene una especie de disciplina personal para buscar lo mejor de sí mismo.
17.- El excelente no pide a los demás lo imposible, pero se exige a sí mismo lo mejor. La competición que mantiene es consigo mismo.
18.- No fanfarronea. Excelencia rima con paciencia y prudencia.
19.- Para el excelente, todo es fuente de creatividad, de admiración, de innovación. En una situación aparentemente cerrada, siempre quedan caminos que no han sido explorados. Son los caminos que sigue el excelente.
20.- Esa exigencia para consigo mismo le conduce a la autonomía y la sencillez.
21.- Para el excelente, el verdadero placer de vivir se encuentra en la búsqueda de la excelencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué interesante y qué acertado todo.

He leído muchas cosas con las que me siento identificada, lo cual es una satisfacción muy grande.

Me alegra mucho leerte este post. Ya sabes tú la razón ;)