jueves, 26 de febrero de 2009

Emilio Gutiérrez: con dos cojones

Chiste sobre hijosdeputa sin cabeza

Aunque se ha adelantado mi amiga Miss Sybarite al homenaje bloguero a Emilio Gutiérrez, el vecino de Lazcano que destrozó con una maza un bar de la izquierda abertzale -que no herriko taberna porque éstas están cerradas desde hace tiempo por orden judicial- en respuesta a que una bomba de ETA destrozara su casa, no quiero dejar pasar la oportunidad de darle mi apoyo.

Lo primero, desearle suerte, porque le queda un camino muy difícil. Espero que no se olvide nunca que ha sido el primer vasco con los cojones suficientes para enfrentarse a la secta batasuna con las cámaras delante. Lo segundo, darle un abrazo aunque sea virtual. Lo tercero, lamentar que le hayan echado de su tierra y gritar a los cuatro vientos lo hijosdeputa que son los nazis batasunos; porque son eso, fascistas de izquierdas (como los nazis) que utilizan la fuerza y la amenaza para imponer sus ideas.

Y ante aquellos que dicen que la solución no es la violencia, yo diría que los vascos no se librarán de esa lacra hasta que se enfrenten a ellos. Seamos inteligentes y riámosnos de ellos, pongámosles en el ridículo y tirémosles huevos en cada manifestación (encapuchados, eso sí, para que no nos reconozcan) y enfrentémosnos con carcajadas manifiestas a su estupidez. Así no podrán decir que les atacamos con violencia, pero no hay peor humillación para los desgraciados que carcajearnos de ellos una y otra vez cuando nos tenemos que comer la rabia y las ganas. Eso seguro que les jode muchísimo más que ninguna otra cosa.

Y, por último, indicar que mañana mismo me voy al banco a donar algo para este chico. En este blog podéis conocer el número de cuenta en la que ingresar el dinero por si os apetece hacerlo. Al menos merece que le ayudemos si tiene que comenzar una nueva vida por culpa de aquellos desgraciados. Que a veces ser un héroe no es una cosa que elija uno ni nada fácil.  

Nota: no pongo imágenes de este chico porque no quiero que las utilicen esos cabrones racistas de Herri Batasuna, pero sí pongo algo para reírme de ellos y dar ejemplo de lo que propongo.

Haz clic aquí para ayudar a Emilio Gutierrez

lunes, 23 de febrero de 2009

Las 21 claves hacia la excelencia

Hace un par de años, cuando la vida me sonreía pero no supe aprovecharla, leí un libro titulado El poder de la visualización, cuya autora es Noelle Phillippe.  Me he dado cuenta de que no seguí sus consejos básicos y de que he llegado a olvidarlos. Así que no está de más recordar sus 21 claves hacia la excelencia y compartirlas con vosotros:

1.- La excelencia comienza con el conocimiento de uno mismo: conocimiento del propio funcionamiento en la acción, frente a las situaciones difíciles, conocimiento de los propios deseos más profundos.
2.- La excelencia exige una buena escucha y respeto del propio cuerpo, de las propias emociones.
3.- Ser excelente es entender y comprender las propias limitaciones del momento. Esas limitaciones son indicaciones valiosas que, en contra de lo que se puede creer, no son un freno al progreso, sino trampolín intermedio.
4.- Ser excelente es perseguir una meta que da sentido a la propia vida.
5.- Excelencia y perfección no son lo mismo.
6.- Cada situación de la vida cotidiana, por muy repetitiva que sea aparentemente, puede enseñarnos algo nuevo sobre nosotros mismos, sobre los demás, sobre el mundo.
7.- La excelencia es sinónimo de esperanza, de realización concreta, de apertura.
8.- La excelencia no es un sueño, es un ideal que cada día confrontamos con la realidad en las acciones cotidianas.
9.- El excelente va a lo esencial, sabe hacer simples las situaciones complejas.
10.-Lo que es fastidioso pronto se transforma, para el excelente, en reto o en juego. Sabe movilizarse para avanzar.
11.- El excelente gusta de trabajar, compartir e intercambiar. La apertura a los demás siempre es para él fuente de nuevas riquezas.
12.- El excelente sabe fijarse objetivos a su propia medida que estimulan su acción. Ser excelente es mantenerse dentro del propio ritmo.
13.- El excelente no se arruga por errores o fracasos. Una torcedura de pie a lo largo del camino es para él una fuente de aprendizaje.
14.- El excelente sabe tomarse la vida como un juego y la vida le sonríe.
15.- No se nace, se llega a ser excelente.
16.- El excelente no queda satisfecho cuando se descuida. Tiene una especie de disciplina personal para buscar lo mejor de sí mismo.
17.- El excelente no pide a los demás lo imposible, pero se exige a sí mismo lo mejor. La competición que mantiene es consigo mismo.
18.- No fanfarronea. Excelencia rima con paciencia y prudencia.
19.- Para el excelente, todo es fuente de creatividad, de admiración, de innovación. En una situación aparentemente cerrada, siempre quedan caminos que no han sido explorados. Son los caminos que sigue el excelente.
20.- Esa exigencia para consigo mismo le conduce a la autonomía y la sencillez.
21.- Para el excelente, el verdadero placer de vivir se encuentra en la búsqueda de la excelencia.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Sorteo de un broche de Camino Uribe en 'Mía'

Bueno, hoy entrevistan a mi hermana en uno de los blogs de la revista Mía. El otro día publicaron un tutorial suyo sobre como hacer una diadema con yoyó. Sortean, además, un broche de los que hace ella. Si quieres leer la entrevista y las condiciones del sorteo, pincha aquí.


domingo, 15 de febrero de 2009

Una de valentía: con dos cojones (de mujer)


Se llama Waffa Sultan. Psicóloga árabe, de educación musulmana... pero atea (lo peor que puedes ser en un país islámico: mujer y no creyente). Atención a la cara de los hombres cuando oyen lo que esta señora les tiene que decir. Increíble. Hay que tener muchas narices y cojones para defender su atinada opinión delante de hombres tan bárbaros y medievales como los que tiene delante. Impresionante. Hay que hacer una campaña en Facebook a su favor. Para que no la maten por sus ideas.

jueves, 12 de febrero de 2009

Verdades sobre las reuniones económicas

Hace unas semanas terminé de leer El Crash de 1929, de John Kenneth Galbraith. Un libro fundamental para entender los conceptos de crisis económica, especulación y la avaricia humana. Aunque todo el mundo habla de este libro, y me interesaba leerlo, tuvo que traerlo mi hermano de un curso que le ofrece el banco donde trabaja, para que le echara el diente entre tarde y tarde en casa de mi madre. Mereció muchísimo la pena.

Es un libro corto que explica con gran certeza e ironía lo que ocurre cuando la avaricia del hombre se suma a la globalización de querer hacerse rico. Pero lo que más me gustó de él fue un apartado del capítulo cuarto, que habla, en palabras del propio Galbraith del "rito de las reuniones, el cual se celebra no para realizar alguna actividad sino para no realizar ninguna en absoluto. Este rito todavía se practica ampliamente en nuestro tiempo. Por eso vale la pena detenernos a examinarlo un momento".

El texto se puede leer aquí, y os aconsejo que le echéis un vistazo (son menos de dos folios) porque en él se puede ver uno de los ejemplos de verdad explicada con una alta cantidad de ironía fina y educada al más puro estilo anglosajón. Una joya de la literatura económica.