domingo, 16 de agosto de 2009

Sobre el lenguaje y la realidad


"De puta hay montones de sinónimos y sólo un antónimo: 'casta'. ¡Es para preguntarse qué será lo que abunda!"

- Camino López de Uribe

sábado, 15 de agosto de 2009

¿A falta de Dios... buenas son tortas?

Los que me conocen saben que no soy precisamente religioso. Quizás tuvo que ver la influencia del Opus Dei en mi infancia, que no fue precisamente buena. Y no es porque en aquella congregación no se enseñaran valores interesantes como el esfuerzo y el trabajo, sino porque en ella se comete el error de violar la libertad individual estigmatizando lo más importante del cuerpo humano: el sexo.

Podría explicarlo de muchas maneras, pero es una cuestión que no viene al caso de lo que quiero indicar en esta entrada. Pero como he sido yo quien ha abierto esta línea, como dicen en las pelis de abogados, en todo caso diré que despreciar la parte animal de nuestro ser puede crear problemas importantes porque es obviar algo que es irreemplazable para conocernos a fondo. Y sin ese conocimiento, no somos más que borreguitos que siguen doctrinas sin pensar.

El caso es que esta mañana me he ido a desayunar un café, un zumo de naranja y una tostada y me han atracado cobrándome seis euros por ello. Por el precio me he leído el periódico y me he encontrado una tribuna muy interesante del antropólogo Manuel Mandianes titulada Las romerías en el siglo XXI. El escrito compara las romerías tradicionales con la llegada de la gente a actos como conciertos o partidos de fútbol. La coincidencia de actitudes puede parecer increíble.

Hace muchos años, cuando descubrí a Shakira, me encantó una canción suya titulada Octavo día (aquí, la letra). Era en los tiempos en que esta cantante al menos tenía mensaje en sus letras no como hoy en día, en que ya no tienen ni pies ni cabeza y son horribles y habla de cómo el mundo está sustituyendo a Dios por ídolos mundanos. En su mismas palabras:

"Si a falta de ocupación
o de excesiva soledad
Dios no resistiera más
y se marchara a otro lugar
sería nuestra perdición
no habría otro remedio más
que adorar a Michael Jackson
a Bill Clinton o a Tarzán
es más difícil ser rey sin corona
que una persona más normal
pobre de Dios que no sale en revistas
que no es modelo ni artista o de familia real".

Pues la tribuna de Mandianes viene a indicar lo mismo. La necesidad de la gente de sentirse elevada imitando las mismas celebraciones religiosas de antaño para comulgar con sus ídolos. La pérdida de religiosidad imitando lo religioso. ¿Si existe esa búsqueda por qué la religión pierde influencia a marchas forzadas?

Supongo, que entre otras muchas cosas, es porque la religión (la Iglesia Católica, en este caso que nos ocupa a la mayoría de los españoles) se ha elevado tanto que ha despreciado las necesidades del cuerpo como pecaminosas. Sin embargo, nos dice que Dios nos creó a imagen y semejanza de sí mismo. ¿Dios repugnaría parte de su ser? Lo dudo.

Mi reflexión, que posiblemente continúe en otras entradas, termina indicando que la espiritualidad y la religiosidad no puede ser buena si se va rechazando parte de lo que es el ser humano y a otros seres humanos por ser distintos a nosotros. La crisis religiosa no está sólo en el vulgo, sino en la política de la iglesia que, ante una necesidad tan evidente de la gente por comulgar y elevarse con lo que sea, no hace más que espantarlos. Es como si la propia iglesia alejara a Dios de su seno al reprender a su creación por sus defectos en vez de perdonárselos y ayudarle a superarlos.

Y eso, desde luego, no puede ser bueno para nadie.