Cuánto me cuesta no olvidar a veces mis errores, cuánto me lastran esas situaciones, cuánto tiendo a pensar que he perdido, cuánto recuerdo lo que gané y perdí y cuánta culpa me echo por ello. Eso no sirve de nada más que para entristecerme y frenarme. Sólo quiero pensar que más allá de las "Montañas de la locura" hay luz, alegría, otros mundos y otras maneras de madurar la vida. Sólo quiero avanzar. Sólo quiero la paz del poder ser yo mismo sin pensar en que voy a perder a los que quiero. Sólo quiero poder decir lo que siento. Sólo quiero disfrutar con la gente que aprecio sin que piensen negativamente de mí. Sólo quiero ser yo y que por serlo me quieran.
Pero la montaña soy yo.
Dinamita, por favor.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
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